El robo de identidad de niños es más común de lo que puedes pensar. En los Estados Unidos casi un millón de menores fueron víctimas durante 2022, y cada incidente costó en promedio 1,128 dólares por familia, y mil millones anuales en todo el país.

La información personal de niñas y niños tiene una gran demanda entre los ciberdelincuentes. Los estafadores la utilizan para muchos de los mismos fines que la información de los adultos:

  • Abrir cuentas bancarias para usarlas en lavado de dinero y estafas.
  • Abrir nuevas cuentas de tarjetas de crédito para acumular deudas.
  • Obtener beneficios y préstamos o planes de asistencia social.

Parte del atractivo de los datos de menores es que los niños generalmente no tienen malas calificaciones crediticias y el estafador puede estar más seguro de que los datos no serán bloqueados por bancos o agencias gubernamentales.

Además, es poco probable que los niños revisen regularmente su cuenta bancaria o informes crediticios; las estafas pueden pasar desapercibidas durante años.

Cómo ocurre el robo de identidad infantil

Los ciberdelincuentes suelen recopilar datos personales y luego venderlos en mercados y foros de la dark web, para que los estafadores los utilicen.

Una vez más, los métodos para obtener estos datos son similares a los utilizados para comprometer a los adultos. Incluyen:

  • Phishing por correo electrónico, redes sociales o incluso mensajes de texto. Las personas son atraídas a hacer clic en enlaces maliciosos, potencialmente instalando malware que roba información, o bien engañadas para que entreguen sus datos personales, tal vez para participar en un sorteo de premios inexistentes.
  • Infracciones de terceros. Aproximadamente 7 millones de niños estadounidenses, o 1 de cada 43, tuvieron su información personal expuesta y potencialmente comprometida a través de una violación de datos el año pasado.
  • Adquisición de cuentas: los juegos, las redes sociales e incluso las cuentas de aprendizaje en línea pueden ser valiosos tesoros de información de identidad. Pueden verse comprometidos a través  de ataques de phishing, desciframiento / adivinación de contraseñas de fuerza bruta y otras técnicas.
  • Compartir en exceso en las redes sociales: Los padres pueden ser tan culpables como sus hijos de  compartir demasiada información personal a través de cuentas sociales. Incluso las fechas de nacimiento y los detalles sobre su escolarización pueden convertirse en armas en estafas de seguimiento diseñadas para obtener más información.
  • Miembros de la familia: El fraude familiar es sorprendentemente común. En aproximadamente el 67% de los hogares que experimentan fraude de identidad infantil, la víctima conocía personalmente al perpetrador. El acceso cercano a documentos confidenciales brinda a estos miembros de la familia la oportunidad perfecta, y la suposición de inocencia significa que el fraude puede pasar desapercibido durante años.  
  • Robo físico: Las viejas formas siguen siendo populares, como confiscar documentos de la basura o incluso directamente del correo.

Cómo mantener segura la identidad de su hijo

Afortunadamente, varias mejores prácticas probadas y comprobadas pueden tener un impacto positivo significativo en el robo identidad infantil.

Incluyen:

  • Evita compartir demasiado información sobre el menor en las redes sociales. 
  • Monitorea la actividad en las cuentas del niño para detectar movimientos inusuales (banco, teléfono, etc.).
  • Manten todas los dispositivos domésticos actualizados con los últimos parches y software antimalware.
  • Explica a los pequeños los peligros de compartir en exceso en las redes sociales: ataques de phishing o robo de identidad.
  • Limita la cantidad de cuentas/servicios a los que se inscribe al niño. Ingresá tus datos, en su lugar.

Detecta las señales de advertencia

Junto con las medidas preventivas, tiene sentido mantenerse alerta ante la posibilidad de intentos de fraude utilizando los datos de identidad del menor.

Las siguientes son señales de que algo puede estar mal:

  • Facturas / estados de cuenta inusuales o inesperados llegan dirigidos al niño.
  • Solicitudes de cuentas bancarias rechazadas debido a un historial crediticio negativo.
  • Las agencias de cobro comienzan a llamar pidiendo hablar con el menor de edad.

Qué hacer en el peor de los casos

Si sucede lo peor, es importante tomar medidas rápidamente. Obtenga un informe de crédito y si hay algo allí, actúe inmediatamente. A continuación:

  • Denuncia el incidente ante la policía.
  • Notifica a cualquier organización donde se haya utilizado la información del menor para abrir una cuenta fraudulenta y pideles el cierre y una confirmación por escrito que aclare que el niño no es responsable.