El pasado miércoles la compañía Raven Software, desarrolladora del videojuego Call of Duty: Warzone, anunció a través de su cuenta de twitter el cierre de más de 100.000 cuentas por conductas delictivas, así como a proveedores de cheats. Tal como explica Vice, con este anunció la compañía acumula más de 700.000 cuentas cerradas, ya que en mayo confirmó el cierre de 500.000 cuentas y luego en julio realizó dos cierres masivos adicionales con más de 50.000 usuarios cada uno.
🚫 Over 100,000 @CallofDuty accounts were banned yesterday - targeting repeat offenders and cheat providers at the source.
More updates to come across #Warzone.
— Raven Software (@RavenSoftware) August 25, 2021
Tal como mencionamos en este artículo, el negocio de los cheats y otro tipo de fraudes no solo desestimula a jugadores legítimos que ven un menor atractivo en videojuegos en los que muchos participantes utilizan cheats y otro tipo de trampas para sacar ventaja, sino que esto repercute en las ganancias de las compañías desarrolladoras de videojuegos, así como a los distribuidores.
Por eso muchas compañías de videojuegos se esfuerzan en tomar acciones contra los desarrolladores de estos cheats. Según explicó un vocero de Activision, la compañía de videojuegos responsable de la distribución de Call of Duty: Warzone, la decisión de realizar olas de cierres de miles de cuentas a la vez se debe a que buscan afectar a clientes de grandes grupos creadores de cheats para afectar su reputación. Asimismo, el pasado 19 de agosto desde la cuenta oficial de Twitter de Call of Duty anunciaron un nuevo sistema anti cheats para PC.
Vale la pena recordar otra acción importante contra el mercado de cheats que se llevó a cabo este año, como fue la operación denominada Chicken Drumstick que realizó la policía china junto al gigante tecnológico Tencent y que derivó en el arresto de 10 personas vinculadas con una organización criminal conocida como Cheat Ninja dedicada al diseño de cheats para PUBG Mobile, entre otros juegos. En esa oportunidad las autoridades incautaron activos por un valor aproximado de 46 millones de dólares, incluyendo varios autos de lujo.
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