Si te preguntara si compartes la contraseña de tu cuenta de correo electrónico con alguien más, la gran mayoría de ustedes probablemente diría "¡absolutamente no!". Sin embargo, cuando se trata de servicios como Netflix, Amazon Prime y Spotify, compartir la contraseña suele ser bastante común. Puede parecer inocente, pero cuando las personas utilizan para acceder a estos servicios la misma contraseña que usan para acceder a otras cuentas, comienza a volverse preocupantemente peligroso y aumenta el riesgo de que alguna cuenta se vea comprometida. Con las filtraciones de datos que ocurren frecuentemente y la falta de concientización pública que existe, debemos empezar a comprender los riesgos del delito cibernético. Un buen lugar para comenzar es con la educación en el uso de contraseñas.

Siempre me ha interesado la forma en que las personas comparten los accesos a sus cuentas en plataformas de streaming con amigos y familiares, así como lo que sucede con las cuentas después de que la pareja se separa o los amigos ya no se ven. Me llama la atención la forma en que las personas divulgan estas credenciales de inicio de sesión y también me he preguntado cuántas personas usan la misma contraseña en varias cuentas.

La gran pregunta para mí, sin embargo, siempre ha sido: "¿cómo puede la gente no pensar en los riesgos de seguridad?"

Para llegar al fondo del problema, hace poco realicé una encuesta en Twitter, que recibió más de 2.700 respuestas, y que me dio una idea de cómo las personas tratan sus contraseñas.

Compartir la contraseña

Primero pregunté qué servicios de streaming utilizan. Como era de esperarse, Amazon Prime (50%) y Netflix (47%), fueron los más populares. YouTube TV obtuvo un 28% y Spotify un 23%. Otros más abajo fueron Now TV, Disney + y Sky.

En segundo lugar, les pregunté si compartían los accesos a estos servicios con alguien y, curiosamente, el 60% de las personas comparten sus cuentas con al menos otra persona, como familiares y amigos. Uno de cada tres titulares de cuentas compartió sus servicios con dos o más personas.

A continuación, me interesó saber cómo le hacían llegar estas contraseñas a sus contactos. Sorprendentemente, más de 1 de cada 5 personas reveló la contraseña diciéndola en voz alta y el 7,5% de los encuestados envió un mensaje de texto o correo electrónico con la contraseña. Dicho esto, la gran mayoría de las personas que compartieron estas contraseñas lo estaban haciendo con las suyas propias, presumiblemente lejos de cualquier espectador.


 

Por lo tanto, más de una cuarta parte de las personas han entregado voluntariamente sus contraseñas a otra persona y, a menudo, también hay algún tipo de registro escrito de ellas. Puede que esto no suene preocupante cuando conoce a la otra parte con la que está compartiendo la contraseña, pero ¿y si se la pasan a alguien sin pensar? Por ejemplo, ¿su hijo o hija adolescente compartiría sus cuentas familiares con sus amigos que no tienen la suerte de tener el servicio de medios particular del que todos hablan en la escuela?

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De hecho, al investigar el fenómeno de compartir contraseñas, descubrí que hay personas en Twitter que a veces preguntan a sus seguidores si compartirían sus credenciales de Netflix con ellos. Y lo que es más preocupante, algunos seguidores realmente lo hacen.


 

Además, de las personas que participaron de la encuesta, poco más del 1% perdió el contacto con una o más personas con las que comparte el acceso a un servicio de streaming. Podría ser una expareja o un amigo al que ya no ve, por ejemplo.

Reutilización de contraseña

Descubrí también que el 14% de las personas usan las mismas contraseñas en varias cuentas en línea, lo que significa que sus cuentas pueden convertirse en opciones fáciles de vulnerar para los delincuentes. Reutilizar contraseñas es una mala idea, incluso si la contraseña es algo como “Afeg45t3@4DFew/15f][_}1”. Las contraseñas complejas son más fuertes contra los ataques en los que los delincuentes utilizan la ingeniería social y la búsqueda de datos públicos para determinar tu contraseña... pero al duplicarla en cualquier lugar de Internet, aumentan tus posibilidades de que se vean comprometidas incluso si tu contraseña no es súper simple, como el nombre de tu hijo.

Sin embargo, entiendo que la mayoría de las personas (52%) quieren compartir sus cuentas y, por lo tanto, necesitan mostrar la contraseña. Escribir una contraseña compleja puede ser una experiencia frustrante, pero podemos hacer que sea una tarea más sencilla con la ayuda de los administradores de contraseñas. La mayoría de los usuarios también querrán ingresar sus datos en múltiples dispositivos como televisores, computadoras y teléfonos inteligentes.

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Por lo tanto, mi consejo sería usar una frase como contraseña que esté compuesta por al menos tres palabras aleatorias con alguna puntuación o números para separar las palabras. Esto permitirá recordar la frase que utilizas como contraseña con solo mirarla una vez y será fácil de recordar dónde utilizarla. También es una buena idea cambiar las contraseñas de los servicios de streaming una vez al año. Esto eliminará de la lista a cualquiera que haya obtenido acceso durante el último año y que tal vez no debería seguir teniéndolo.

Administradores de contraseñas

Pero ¿dónde debería almacenar estas contraseñas únicas y los detalles de la cuenta? Tengo cientos de cuentas y no puedo recordar cada una de las contraseñas que uso. La respuesta está en el uso de un administrador de contraseñas robusto.

Los administradores o gestores de contraseñas son una forma segura de almacenar contraseñas para que no tengas que recordar cientos de credenciales únicas y complejas. Una vez que necesites usar una contraseña en particular, puedes abrir tu administrador de contraseñas, posiblemente incluso usando seguridad biométrica, y copiar la contraseña en el campo requerido.

Pero volvamos a mi encuesta. Me resulta preocupante haber descubierto que solo el 26% de los encuestados usa un administrador de contraseñas. Esto deja a 3 de cada 4 personas que no aprovechan las opciones del almacenamiento seguro de contraseñas, lo que significa que tienen otra forma de recordar todas sus claves de acceso. Esto podría ser escribirlas en un papel, o lo que es más preocupante, depender de solo un puñado de contraseñas: generalmente una palabra común en mayúscula o un nombre con un número al final.


 

Trabajar desde casa ha significado que hemos tenido que adaptarnos a una nueva forma de vida, y esto puede haber significado adaptarnos a un nuevo conjunto de prácticas dentro de nuestros nuevos entornos de oficina en casa. Las prácticas, como mejorar la seguridad de nuestro router o usar una VPN, ayudan a que el teletrabajo sea más seguro. Pero es asombroso descubrir que tan pocas personas utilizan un administrador de contraseñas, a pesar de que podría hacerles la vida no solo más fácil, sino también mucho más segura.

Si hay algo que puedes hacer hoy es descargar un administrador de contraseñas confiable e instalarlo en tu teléfono, tableta y computadora. Estas herramientas son muy sólidas y serás el único que podrá acceder a ellas, manteniendo a posibles criminales alejados de tus contraseñas.