Hasta el momento, la seguridad para dispositivos Android siempre tuvo un punto débil en el tema de las actualizaciones, ya que los usuarios no las recibían de manera regular. La causa de este problema no era responsabilidad de Android, sino de las empresas fabricantes de los equipos que utilizaban el sistema operativo, ya que eran estas últimas las responsables de enviar a los usuarios las actualizaciones con los últimos parches de seguridad. De hecho, recientemente se descubrió que algunos reconocidos fabricantes habían estado engañando a sus usuarios al asegurarles que estaban ejecutando sus dispositivos con las últimas actualizaciones, cuando en realidad no era así.
El año pasado, Google implementó ciertos cambios con el Proyecto Treble, con el objetivo de que los fabricantes pudieran actualizar en sus dispositivos las versiones de Android con los nuevos parches de forma más sencilla, rápida y menos costosa. Sin embargo, pese a estas mejoras el problema se mantuvo y los fabricantes no enviaban en tiempo y forma las actualizaciones a los usuarios, dejándolos expuestos a vulnerabilidades.
Pero con la próxima actualización del sistema operativo: Android P, Google establecerá un cambio en la dinámica del envío de las actualizaciones y obligará a los fabricantes a enviarlas de manera regular. Esto será posible gracias a una modificación en los acuerdos con los fabricantes que los obligará a proveer de manera regular a los usuarios de todos los dispositivos, con los últimos parches de seguridad.
Dado que la empresa no reveló los detalles de este cambio en los acuerdos, no queda claro si los nuevos términos son válidos únicamente para: los últimos dispositivos que salgan al mercado, los nuevos dispositivos que salgan con Android P o si se incluirá a los dispositivos antiguos.
Sin dudas, estos cambios representan una mejoría considerable en materia de seguridad para los usuarios de Android.