Las redes sociales anónimas no son algo nuevo, pero últimamente se ha empezado a hablar de ellas nuevamente, sobre todo en relación al uso que suelen darles los menores. El problema surge cuando los padres ignoran su existencia y las posibilidades que tienen los chicos en ellas.
Por eso, en este artículo describiré algunas de las características de las redes sociales anónimas, para que las puedas conocer y hablar con los más chicos sobre los riesgos que se pueden desprender de su mal uso.
las redes sociales no son malas, lo malo es el uso que puedan hacer de ellas
La principal característica de este tipo de redes es que no suelen pedir que el usuario se registre para empezar a compartir información, sino que basta con entrar a la página o descargar la aplicación para empezar a interactuar. Esto las hace atractivas, porque cualquiera puede ingresar y empezar a entablar contacto con los usuarios que están activos en ese momento.
Y ¿qué hay del contenido? La realidad es que se puede encontrar de todo: desde comentarios triviales sobre el estado del clima hasta temas que pueden incluir alguna confesión sobre el estado de ánimo, la búsqueda de un consejo o publicaciones con contenido sexual.
Como te imaginarás, esto abre las puertas a que se intercambie una gran cantidad de información sin mayor control, dejando a los más chicos expuestos a contenidos que quizá no sean los más apropiados para ellos.
La oferta de redes sociales en sentido tradicional va cambiando todo el tiempo. Facebook es una de las antiguas, con más de 10 años, y ha ido reinventándose y agregando nuevas funcionalidades. En el camino han aparecido otras como Instagram o Snapchat, que gozan de gran popularidad entre los más jóvenes.
Pero, al mismo tiempo, otras opciones como ASK, Voxed y aplicaciones como Whisper también se han ido popularizando. En ellas la premisa es interactuar con otros usuarios sin exponer la identidad, el sitio donde estás o cualquier otro tipo de dato individual.
A las anteriores se suman ahora redes como Sarahah, con un enfoque un poco diferente, ya que en esta red se hacen comentarios anónimos sobre perfiles que alguien previamente crea y deja públicos para que otros opinen.
El hecho de poder publicar de manera anónima trae consigo una serie de riesgos a los cuales los menores se pueden enfrentar, y de ahí la necesidad de que los adultos los conozcan, para actuar en consecuencia primando ante todo el diálogo con los chicos.
Uno de esos riesgos es lo fácil que pueden utilizarse estas redes para propagar mentiras, rumores o información falsa. Esto pasa a nivel generalizado con la gran cantidad de información que se puede consumir desde Internet, pero en estas redes se acentúa, al permitir la interacción directa entre usuarios.
Así, aumenta la probabilidad de que ocurran estas situaciones, incluso si se trata de influenciar el pensamiento de los más chicos con respecto a temas de su sexualidad o pensamientos acerca de su cotidianidad.
Por otra parte, otro riesgo latente en este tipo de redes es que el ciberbullying y el grooming encuentra un campo propicio para su desarollo. Desafortunadamente, entre algunos usuarios se suele dar el uso de estas redes para acosar constantemente a otros a través de la publicación de detalles de sus vidas privadas.
La realidad es que algunas plataformas suelen cuidar un poco más lo que se publica; sin embargo, los filtros que utilizan no suelen 100% efectivos y pueden quedar algunas publicaciones con contenido inapropiado para menores.
La curiosidad que generan en muchos usuarios estas plataformas hace que se vuelva importante generar conciencia. Quizá lo más peligroso es dejar que los más chicos se acerquen a interactuar sin el acompañamiento de padres, maestros o adultos que están a su alrededor; las redes sociales no son malas, lo malo es el uso que puedan hacer de ellas.
Garantizar que los menores no accedan a este tipo de sitios es algo complejo, dada la gran variedad de opciones que tienen para hacerlo. Por lo tanto, enseñar con el ejemplo y establecer medidas de seguridad preventivas va a garantizar que puedan disfrutar de la tecnología de una forma segura.
Se empieza por el diálogo, por explicarles lo que se pueden encontrar en Internet, y que si se encuentran con algo que los haga sentir incómodos se pueden acercar a sus padres o maestros para que les den ayuda. Este diálogo se puede acompañar con soluciones de control parental que ayuden a que los niños naveguen desde dispositivos seguros y que puedan realmente acceder a lo que necesitan.
Es verdad que no podemos combatir todo lo inapropiado que se publica en Internet, pero sí podemos decidir no dejar solos a los más chicos en su interacción con esta gran cantidad de información, y acompañarlos para que disfruten del acceso a Internet sin que sea un problema para su seguridad.