Los niños de hoy son conocidos como “nativos digitales”, ya que desde muy pequeños tienen acceso a todo tipo de dispositivos y comienzan a interactuar con la tecnología de manera innata.
Sus vidas transcurren por Internet y las redes sociales no son un fin, sino un medio para socializar con sus amigos y compañeros, por lo que es importante saber sobre sus vidas en el mundo digital tanto como en el mundo físico.
A continuación compartimos 5 consejos para facilitar el diálogo y hablar con los chicos acerca de cómo pueden estar protegidos en el mundo digital, para que sigan disfrutando de la tecnología de manera segura.
#1 Pensar la tecnología como medio para acercarnos
Muchos adultos creen que no es necesario hablar con los chicos de temas relacionados con la seguridad en línea, ya que asumen que “ellos saben más de tecnología”.
Si bien es cierto que seguramente saben cómo manejar cualquier dispositivo, cómo compartir contenido en cualquier red social o cómo configurar una aplicación en unos minutos, también es verdad que pocas veces son capaces de reconocer los riesgos que conllevan estas actividades.
Sin embargo, un adulto es perfectamente capaz de reconocer y entender los peligros a los que se expone en estas mismas situaciones, aunque lamentablemente muchos ni siquiera están interesados en involucrarse y aprender cómo funcionan estas tecnologías.
Si hay aplicaciones que nunca utilizaste, nuevas modas que no entiendes o todo un mundo digital que te parece completamente extraño, no hay nada mejor que animarse a explorarlo y aprender a usar nuevas herramientas junto a tus hijos. Si no sabes cómo se usan redes como Instagram o Snapchat, pídeles que te enseñen cómo se crea un perfil y cómo se comparten fotografías.
Si no sabes qué hacer con tu nuevo celular, siéntate junto a ellos para que te muestren algunas de las aplicaciones que utilizan para divertirse. Compartir estos momentos es clave para acompañar a los chicos en el mundo digital, y mientras ellos te enseñan cómo usar la tecnología, tú seguramente podrás identificar los riesgos y explicarles a ellos a qué peligros se exponen y cómo cuidarse.
#2 Establecer reglas claras y que haya compromiso de ambas partes
Establecer reglas claras es la clave para acordar un uso responsable de la tecnología. Dejar en claro cuestiones como dónde y en qué momentos se pueden utilizar los dispositivos; crear la conciencia de no responder mensajes de desconocidos, descargar material indebido o acceder a contenido restringido a mayores de edad son algunas de las cosas que vale la pena aclarar.
Además, es necesario explicarles cuáles son los riesgos que existen y por qué estas normas ayudan a que ellos estén protegidos. No se trata solamente de prohibir o restringir una actividad, sino de que entiendan la razón por la cual deben ser cuidadosos.
Así como los chicos deben comprometerse a cumplir y respetar las reglas establecidas, también es bueno que los adultos se comprometan a respetar su privacidad y ofrecerles un espacio de diálogo donde ellos puedan plantear sus problemas e inquietudes, con el objetivo de generar un vínculo de confianza con ellos.
#3 Enseñar con el ejemplo
Este consejo es, sencillamente, no hagas lo que no quieres que hagan tus hijos. Muchos padres se preocupan por la privacidad de sus hijos en línea, por las fotos que suben a una red o la cantidad de amigos con los que interactúan diariamente, pero luego son ellos mismos los que comparten públicamente fotografías de las vacaciones o eventos familiares, no despegan la vista del celular o descargan aplicaciones fraudulentas o material ilegítimo.
Recuerda la frase de Albert Einstein: “Educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única”.
#4 Hacer analogías con el mundo físico
Utilizar ejemplos sirve para explicar o ilustrar una afirmación y generar una idea más clara. En el caso del mundo digital, resulta mucho más sencillo para los chicos poder dimensionar un peligro si se compara con una situación análoga en el mundo físico.
Así como nos enseñan que no debemos hablar con extraños en la plaza o en la calle, en Internet es exactamente igual. Debemos considerar extraños a aquellos que no conocemos, ya que no tenemos forma de verificar quién está realmente detrás de la pantalla.
Otro ejemplo es imaginarnos a los seguidores de una red social como personas que caminan día a día detrás nuestro, viendo todo lo que hacemos, escuchando lo que decimos y presenciando cada una de las situaciones que vivimos. Suena un poco escalofriante, ¿no es cierto?
Además, es importante explicarles que todo lo que una persona lee o dice online provoca sentimientos y sensaciones en su mundo físico, por lo que, si no dirías algo en persona, tampoco debes hacerlo en Internet.
#5 Formular preguntas disparadoras
Por último, te compartimos algunas preguntas disparadoras que buscan generar diálogo y abrir un canal de comunicación fluido entre chicos y adultos. Recuerda, estas preguntas siempre deben hacerse desde una postura de interés y no de control y restricción.
Algunos ejemplos son:
- ¿Qué redes sociales estás utilizando? ¿Qué te divierte de ella y por qué la utilizas?
- ¿Revisaste las configuraciones de privacidad? ¿El perfil es abierto o cerrado? ¿Quién puede ver lo que subes?
- ¿Cuántos contactos tienes? ¿Quiénes son tus amigos en línea? ¿Los conoces en el mundo físico?
- ¿Hay alguna persona que te esté molestando en las redes sociales?
- ¿Viste alguna agresión a algún amigo? ¿La denunciaste?
Lograr un diálogo fluido, un espacio de confianza y una conducta responsable es la clave para empoderar a los chicos y protegerlos de los riesgos que existen en Internet, como el grooming o el cyberbullying, además de amenazas tradicionales como las infecciones de malware, la suplantación de identidad y el robo de información.
Recuerda: el medio cambia y seguirá cambiando, pero las amenazas siguen siendo las mismas. Si quieres más herramientas para combatirlas, aquí tienes una lista de tareas para pensar la seguridad de tu familia según la edad de tus hijos.
Todo esto y mucho más está explicado en nuestra guía gratuita de seguridad infantil, ¡no te la pierdas!