Las nuevas legislaciones en materia de protección de datos personales en la Unión Europea ponen de manifiesto el derecho de los ciudadanos a procurar su privacidad, especialmente en la era digital, mismo que a lo largo de los años ha representado una preocupación constante.

Si bien la protección de los datos personales no determina todos los aspectos de la privacidad, en la actualidad se han convertido en un elemento básico para cuidar de nuestra información en el contexto de las nuevas tecnologías, ya que en conjunto con las actividades en Internet, definen nuestra identidad digital. Sin duda, se trata de elementos básicos para mantener nuestra percepción de privacidad.

La privacidad como un derecho de las personas

el derecho a la privacidad surgió con la inquietud por preservar la intimidad

Definir la privacidad no es sencillo, ya que las concepciones cambian con el tiempo, las costumbres, las generaciones e incluso debido a factores como la tecnología. El concepto puede resultar subjetivo y por esta razón, difícil de consensuar.

A pesar de ello, el derecho a la privacidad se vislumbró desde el momento en el que surgió la inquietud por preservar la intimidad de las personas y la conciencia por otorgarles esa facultad. Este derecho puede definirse como aquel que los individuos poseen para separar aspectos de su vida íntima del escrutinio público, por lo que sin distinción, todos tenemos derecho a ella.

Como lo plantea Diego García Ricci en su documento “Artículo 16 Constitucional. Derecho a la privacidad”, las primeras acepciones de este derecho fueron acuñadas en Estados Unidos a finales del siglo XIX, debido a la aparición de las fotografías instantáneas. Con la tecnología de aquellos años, se atentaba contra la “vida doméstica”, desde el momento en el que las imágenes podían ser difundidas de forma masiva. En aquéllos años se definió como el derecho a no ser molestado.

Posteriormente, el concepto de privacidad incluyó otros elementos destacables como la facultad que toda persona posee para determinar la manera, el momento y la información personal que podía ser comunicada con otras personas. En otras palabras, esta idea ofrecía la posibilidad y el derecho a controlar la información propia, incluso luego de que fuese compartida.

Como en aquellos años, el derecho a la privacidad continúa vigente y es cada vez más relevante, como una forma de procurar nuestras actividades íntimas y del mismo modo, la preocupación se mantiene debido a los nuevos desarrollos tecnológicos. En la actualidad estamos inmersos en un sinnúmero de nuevas herramientas digitales que exponen nuestras actividades cada vez más, incluso con nuestro consentimiento, o también, a partir de nuestro desconocimiento.

La protección de datos como base de la privacidad en Internet

Si bien la protección de datos personales no agota todos los aspectos de privacidad, en la era digital se han convertido en una pieza clave, ya que buscan proteger lo que se ha denominado la identidad digital; esta puede definirse como la información asociada a las actividades que los usuarios llevamos a cabo en el ciberespacio, como resultado de la interacción con otros usuarios, organizaciones o servicios en Internet, donde generalmente se trata de datos personales que suelen ser concedidos a terceros.

Estos últimos suelen procesar, almacenar o transmitir los datos de los usuarios, incluso hasta el grado de lucrar con nuestra información. En la actualidad, muchos servicios de Internet conocen gran parte de las actividades de los usuarios, gustos, preferencias, así como sus datos personales, mismos que se utilizan con fines comerciales. Por lo tanto, la protección de esta información contribuye a preservar nuestra intimidad.

Derechos en las nuevas leyes de protección de datos

En el contexto de las legislaciones para protección de datos personales de la llamada General Data Protection Regulation (GDPR), se consideran nuevos derechos, acordes con las problemáticas actuales. Esta nueva ley única confiere otros derechos a los ciudadanos de la Unión Europea, como el derecho al olvido. Ahora, las personas tienen la facultad para solicitar que las empresas borren sus datos personales en determinadas circunstancias, por ejemplo, cuando la información es irrelevante para los propósitos iniciales cuando fue recopilada o cuando el dueño de los datos retira su consentimiento.

También se considera el derecho de oponerse a la elaboración de perfiles, lo que significa que las personas podrán oponerse a que sus datos personales se procesen o sean utilizados para la elaboración de perfiles en determinadas circunstancias. Por perfil se entiende a las formas de seguimiento en línea y publicidad conductual, es decir, el envío de publicidad a partir de hábitos de navegación y gustos de los usuarios, por lo que esta actividad será más difícil para las empresas que emplean esta información para fines comerciales, ya que deberán implementar los mecanismos de consentimiento adecuados.

Un tercer elemento que considera esta ley es el derecho a la portabilidad de datos. Las personas tienen la facultad de obtener una copia de sus datos personales de la empresa que procesa su información en un formato común y legible.

Si bien la implementación de estas directrices dentro de las organizaciones puede resultar compleja y todavía no se define cómo funcionará en la práctica, las empresas dentro y fuera de la Unión Europea deben comenzar a considerar la manera en la que podrán hacer efectivos estos derechos, lo que se prevé no será una tarea sencilla. Además de tener efecto sobre las empresas, también podrá generar cambios en los individuos, dándoles un mayor control y derechos sobre su información personal. Esperamos que puedan ejercerlos.

Para más información sobre cómo proteger tu identidad digital, presta atención a la siguiente infografía: