Unas semanas atrás tuve la oportunidad de participar en El Salvador del congreso “Unidos por una infancia protegida en las TIC”, auspiciado por International Centre for Missing & Exploited Children (ICMEC), una organización global sin fines de lucro que busca combatir la explotación sexual, la pornografía infantil y el secuestro de menores.
La educación es fundamental
En el foro se analizó la problemática de riesgos de seguridad para los menores que utilizan la tecnología. Desde distintas disciplinas, se ofrecieron alternativas sobre la manera de proteger a los niños, niñas y adolescentes, que pueden convertirse en potenciales víctimas de personas sin escrúpulos que buscan abusar de ellos de distintas maneras.
A continuación destaco algunas reflexiones que me parecen relevantes en el tema y que fueron abordadas en distintas conferencias y participaciones durante el congreso.
El mundo digital es un reflejo de nuestra sociedad
El punto de partida para entender los problemas a los que se enfrentan los niños en Internet (así como otros que los adultos también pueden encarar), sin duda es entender que lo que sucede en el ambiente digital se encuentra estrechamente relacionado con el ambiente físico. Por lo tanto, las conductas y acciones en redes sociales u otros servicios de Internet pueden tener repercusiones en ambos contextos.
Del mismo modo, criminales utilizan los medios tecnológicos para cometer delitos que en ocasiones resultan complejos de imputar. Pueden realizarse desde ubicaciones geográficas lejanas, pueden emplear opciones de anonimato o incluso operar en países con leyes laxas y que impiden la impartición de justicia, así como la aplicación de castigos para los culpables.
Por ello, siempre debemos tener presente que lo que sucede en el mundo digital, sin duda es un reflejo de lo que pasa en la vida cotidiana. Por lo tanto, debemos tener los mismos cuidados y consideraciones, conocer los peligros y, en la medida de lo posible, evitarlos.
El dominio de la tecnología no determina la capacidad de cuidado
La educación en temas de seguridad es fundamental para evitar muchas de las amenazas informáticas de la actualidad, o en su defecto, que sus consecuencias sean las mínimas aceptables; conocer los riesgos también resulta importante para minimizar sus consecuencias.
Esto viene a colación ya que en ocasiones los padres no se ven involucrados en el cuidado de los menores que utilizan computadoras, teléfonos inteligentes o tabletas. A veces se cree que los menores conocen más de tecnología que su padre o madre, y aunque esto puede ser cierto, la inocencia juega en contra de su seguridad.
Aunque sepan más de tecnología, la inocencia juega en contra de su seguridad
Por ello, aunque los menores se desenvuelven con mayor facilidad en el uso de la tecnología, los padres son quienes cuentan con la experiencia sobre los peligros a los cuales pueden enfrentarse. Así, se vuelve importante no confundir el dominio técnico de los adultos con su capacidad de cuidado.
Esto significa que la educación y concientización en temas de seguridad no solo debe estar enfocada en los menores, sino que los adultos responsables tienen la tarea de conocer los riesgos de seguridad, la manera de evitarlos y posteriormente proteger a sus niños, niñas o adolescentes.
Colaboración de gobiernos, sociedad civil, sector privado y académico
Otro punto importante es la importancia de la colaboración entre distintas instancias, cuando se busca asegurar el uso de la tecnología. Por ello, los marcos de referencia son de gran utilidad para guiar u orientar, y que permita a los gobiernos entender la problemática, al tiempo que se proponen soluciones.
Este marco parte desde aspectos básicos, como tener un glosario con las definiciones de los actos que deban ser tipificados. Por ejemplo, definir de manera precisa términos como el grooming es el punto de partida para comprender el problema y ofrecer soluciones.
Posteriormente, esta referencia puede ser utilizada para legislar en cada uno de los países que pretenden castigar los actos ofensivos en contra de los menores, en los casos en los cuales los agresores utilicen las nuevas tecnologías. Además, puede contribuir para la creación de instituciones encargadas de vigilar la aplicación de reglamentos.
En este contexto, la participación de los distintos ámbitos contribuye a aumentar y mejorar la seguridad de los menores en Internet. Desde la iniciativa privada, la contribución se ve reflejada al ofrecer tecnología desarrollada para proteger a los menores, así como iniciativas que buscan educar y concientizar en temas de seguridad a distintos públicos de interés.
Seguridad para los menores: una combinación de educación, tecnología y buenas prácticas
Con el eslogan “Hacemos un mundo más seguro para los niños”, ICMEC enfrenta los problemas que pueden aquejar a los menores en diferentes ámbitos, ahora cuando los riesgos de seguridad asociados a la tecnología están cobrando cada vez más relevancia.
Por ello, el tema fue abordado desde distintas perspectivas con sustento en estudios, donde una coincidencia es que la educación resulta fundamental. De manera paralela, otras herramientas pueden ser utilizadas con este propósito, así como tecnologías y nuevas opciones de seguridad, o las denominadas buenas prácticas que pueden ser aplicadas de forma directa.
Sin duda, todo lo anterior se traduce en un reto más para los adultos responsables, que buscan que los menores aprovechen todas las ventajas que ofrece la tecnología, pero que al mismo tiempo pretenden que puedan disfrutar de los avances tecnológicos en un ambiente digital cada vez más seguro.
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