Las organizaciones adoptarán un enfoque mucho más severo frente a las amenazas internas penalizando a empleados que propicien la ocurrencia de una brecha de datos, según una nueva encuesta.
El estudio, titulado Defending Data: Turning Cybersecurity Inside Out With Corporate Leadership Perspectives on Reshaping Our Information Protection Practices, sugiere que los empleadores son cada vez menos tolerantes a las malas prácticas de ciberseguridad.
No es demasiado sorprendente que la amplia mayoría (el 93%) de los encuestados considera al "comportamiento humano" como la más grande debilidad cuando se trata de la protección de datos. Como señaló un líder de servicios financieros que participó del estudio: "Hay un reconocimiento de que ahora todos son responsables de la seguridad cibernética, no solo los que trabajan en TI".
"Hay un reconocimiento de que ahora todos son responsables de la seguridad, no solo los que trabajan en TI"
Nuix, que llevó adelante la encuesta, cree que como consecuencia las empresas empezarán a reprender a los empleados que malinterpreten las políticas y procedimientos de seguridad implementados. La amenaza interna se ha convertido en un problema tan arraigado que Nuix predice que las corporaciones que no diseñen un plan para hacerle frente se verán forzadas a hacerlo ante tribunales.
Tal como explicó Keith Lowry, vicepresidente senior de inteligencia y análisis de amenazas negocio de Nuix, con más víctimas de brechas de datos en busca de probar la negligencia por parte de los custodios de la información, el mantenimiento de un alto nivel de seguridad es de suma importancia.
"Reguladores como la Comisión Federal de Comercio en los Estados Unidos también tienen la autoridad para hacer cumplir las leyes de seguridad cibernética, lo que complica aún más el entorno", añadió. La encuesta también halló que la mayoría de las empresas creen que la seguridad de la información es una de las prioridades más altas, junto a la rentabilidad.
Nuix auguró que las nuevas tecnologías ayudarán a las compañías a desarrollar protocolos de seguridad mucho más fuertes, así como a fomentar una mayor concientización de los empleados. El estudio perseguía la esperanza de ayudar a refrenar algunos de los principales problemas relacionados a las amenazas internas, contribuyendo a mejorar la ciberseguridad en una escala global.
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