Los consumidores son reacios a seguir comprando en un negocio que haya sufrido una brecha de seguridad, de acuerdo a una encuesta global realizada por Gemalto. Esto sucede particularmente cuando información financiera es robada, ya que casi dos tercios (64%) de los encuestados afirmaron que este es un factor decisivo a la hora de re-evaluar su relación con una marca.
El robo de información personal también fue seleccionado como una razón para derribar la confianza del consumidor en una empresa, con casi la mitad (49%) afirmando que a partir de un evento de ese tipo, difícilmente continuarían realizando transacciones con la organización afectada.
Muchos de los encuestados expresaron su preocupación por la manera en la cual las organizaciones se enfocan en la ciberseguridad, especialmente cuando se trata de la seguridad de sus datos. La mayoría siente que las empresas no lo consideran una prioridad, y sólo el 25% siente que estas cuestiones son tratadas con seriedad.
Esto también se ve reflejado en la percepción de los empleados, con solo un 38% de ellos mostrándose confiados en que sus empleadores están focalizados en proteger los datos de sus clientes.
"La cobertura mediática de importantes brechas de seguridad han hecho poco para inculcar confianza en los consumidores sobre cómo las empresas (grandes y pequeñas) están protegiendo su información," comentó Jason Hart, Vice Presidente y Chief Technology Officer para protección de datos en Gemalto.
"El hecho de que los empleados no sientan que sus empleadores se toman en serio la protección de los datos personales, es una señal de alarma. Las compañías deben incrementar sus medidas de seguridad y, en caso que ya lo hayan hecho, deben comunicárselo a sus clientes."
Algunas de las aprehensiones presentadas por los clientes están basadas en sus experiencias personales con brechas de seguridad, con un 31% de los encuestados confirmando que han sido comprometidos en el pasado.
Esta información contrasta con una nueva encuesta de Manpower, que sugiere que las empresas están comenzando a respetar la amenaza que suponen los ciberataques. Esto ha resultado en un impulso para la industria de la seguridad, con las principales organizaciones dispuestas a invertir en profesionales que aseguren sus redes corporativas.