Quizás sea tu peor pesadilla: estabas mirando tus e-mails laborales entrantes y advertiste uno con un remitente inusual. En el mensaje, te pide cordialmente que accedas nuevamente a tu cuenta corporativa debido a algunos problemas técnicos, y te proporciona un enlace específico para tal fin. Como la dirección parece provenir desde dentro de la compañía, haces clic para completar el login.
Sin embargo, el proceso parece no estar funcionando, incluso después de que ingresaste el nombre de usuario y la contraseña correcta varias veces. Entonces, decides ignorar la situación y dejar el asunto para seguir trabajando, pero apenas unas horas después, sospechas que algo anda mal, porque tu computadora empezó a actuar en forma extraña.
Luego de llamar al equipo de soporte IT de la compañía, descubres que has sido víctima de un phishing y has proporcionado tus credenciales de acceso a quién sabe quién. Mientras escuchas a tu jefe dando un sermón sobre lineamientos de seguridad, te das cuenta de que los entornos de trabajo también pueden ser vulnerables a ataques informáticos.
De todas formas, no debes tener miedo, mucho menos si se trata de una pesadilla que puedes evitar. Hay buenos hábitos que te ayudarán a protegerte de correos electrónicos engañosos, sitios web sospechosos y aplicaciones maliciosas.
- Antes que nada, cambia tu mentalidad: empieza a prestar atención a los detalles
Ten cuidado con lo que te encuentras en el mundo digital, ya sea un e-mail de trabajo inusual, un enlace que te envió un colega durante la hora de almuerzo o ese contenido curioso que viste en tus redes sociales mientras te tomabas un descanso.
En caso de que no conozcas al remitente o haya algo dudoso en el contenido, lo mejor que puedes hacer es evitar el mensaje.
- Bloquea tu computadora con una contraseña, incluso cuando la dejas por pocos minutos
Aunque en la gran mayoría de las compañías las contraseñas de acceso son obligatorias y constituyen una de las medidas de seguridad, debes pensar que en el trabajo la protección es tan necesaria como fuera de él. Si necesitas un descanso o te vas a levantar para ir a buscar un café, bloquea la pantalla para que nadie tenga acceso a tu computadora.
Puede sonar molesto, pero la misma regla aplica para todos tus dispositivos móviles, ya sean personales o laborales, especialmente si almacenan información sensible de la compañía y otras personas tienen acceso a ellos. Recuerda que hay distintas formas de bloquear las pantallas, algunas más seguras que otras, como las contraseñas alfanuméricas, los códigos PIN o los patrones, pero siempre alguna de ellas será mejor que nada.
- ¿Notitas autoadhesivas con contraseñas en tu escritorio? ¡Jamás!
Este es un no rotundo. Utiliza, mejor, un gestor de contraseñas desarrollado por un proveedor de confianza, ya que protegerá y cifrará tus datos, además de ayudarte a generar claves robustas que no será necesario recordar cada día.
- Protege tus dispositivos con una solución de seguridad
Las buenas prácticas pueden no ser suficientes si no van acompañadas de algo más que mantenga seguro tu equipo. Nadie debería dudar de la necesidad de instalar una solución de seguridad de un proveedor renombrado, pero si tu computadora en el trabajo no cuenta con una, pídele al departamento de IT que la implemente.
- No entres en pánico y hagas clic
¿Caíste en la cuenta de que quizás cometiste un error y navegaste hacia un sitio malicioso? Tranquilo. Respira profundo, piensa racionalmente y, si no estás seguro de qué hacer, pregúntale a alguien con más experiencia y conocimiento y acude al equipo de IT para que te ayude.
- No hagas las cosas con apuro
Si no hay nadie cerca, no te apures para encontrar la solución. Es mejor dejar el contenido inactivo que precipitarse y cometer más errores en el camino.
Para más información y consejos prácticos, accede a nuestra Guía del Empleado Seguro.