En esta nueva era de equipos portátiles, biometría y autenticación en varias fases, cada vez hay más probabilidades de que tu rostro se convierta en tu identificador digital para autenticarte cuando estás online. Pero, ¿cómo funciona la tecnología de reconocimiento facial y cuáles son los problemas que hay que tener en cuenta?
No tan nuevo
La tecnología de reconocimiento facial no es precisamente un fenómeno nuevo, ni tampoco lo es la biometría, a pesar de todos los titulares recientes. Los primeros experimentos con esta tecnología se remontan a la década de 1960, aunque, en aquel entonces, la investigación para comenzar con su desarrollo se mantuvo en secreto.
Si bien hoy en día la ciencia detrás del software es mucho más matemática, automática y cuenta con el respaldo de los potentes equipos sofisticados actuales, los primeros modelos requerían un mayor nivel de intervención humana y, por lo tanto, eran automatizados solo en forma parcial.
Además, su desarrollo era mayormente de nicho. Nadie en aquel entonces podría haberse imaginado que, medio siglo después, el software de reconocimiento facial tendría tanta difusión, ya sea desde el punto de vista de la seguridad (lo utilizan la policía, los profesionales de seguridad y el gobierno), o como un beneficio para el consumidor (para reconocer a la gente en una cámara o como medio para proteger un dispositivo con contraseña).
Aún en evolución
Aunque sin duda ya es algo común, el software de reconocimiento facial apenas está comenzando y le falta mucho para llegar a la cima.
30 iglesias utilizan el software Churchix para saber quién va a misa
Por ejemplo, Microsoft está utilizando la tecnología de reconocimiento facial para la autenticación en Windows 10; Apple aparentemente está buscando la manera en que los usuarios de iOS puedan compartir automáticamente las fotos con amigos "etiquetados", mientras que tanto Facebook como Google han estado usando el reconocimiento facial para etiquetar amigos y encontrar fotos de uno mismo.
Por otra parte, unos profesores chinos afirman haber creado el primer cajero automático de reconocimiento facial del mundo, mientras que 30 iglesias en todo el mundo han estado utilizando el software "Churchix" para saber quién va a misa.
A su vez, unos investigadores en Alemania estuvieron desarrollando una nueva tecnología de reconocimiento facial que puede funcionar en la oscuridad, lo que probablemente sea una señal del futuro de esta tecnología y que quizá demuestre que la película Minority Report (2002) de Tom Cruise puede no haber sido tan descabellada después de todo.
La situación actual
En los últimos años, el reconocimiento facial se ha empleado más que nada en aeropuertos, en las esquinas y en otras áreas públicas. Su uso en estos casos es relativamente sencillo: una cámara de video recopila las imágenes, que luego se transmiten a un sistema de vigilancia monitoreado por un trabajador manual.
El trabajador saca una imagen de un individuo determinado de la transmisión e intenta compararla con las personas presentes en la base de datos existente. Mediante el uso de un algoritmo informático, el sistema trata de identificar a alguien; para ello mide ciertos rasgos de su rostro, como la distancia entre sus ojos o el ancho de la nariz.
Con un algoritmo informático, el sistema identifica diversos rasgos del rostro
Dicho todo esto, aún hoy en día, el proceso dista mucho de ser simple y directo. Existen muchas cámaras que aún siguen grabando imágenes con una resolución muy baja, lo que hace que la identificación sea casi imposible. Además, los propios sistemas de vigilancia por video tienen poca tolerancia a los cambios de luz, las expresiones faciales o las imágenes capturadas en ángulos diferentes.
De 2D a 3D
Sin embargo, algunos avances son positivos. Por ejemplo, el cambio del procesamiento de imágenes de 2D a 3D ayudó a mejorar la identificación. Las imágenes ahora son capaces de recopilar una gran cantidad de información adicional basada en submililitros (o microondas) para muchos aspectos faciales, desde la estructura ósea hasta las curvas alrededor de la cuenca del ojo, la nariz y la pera. Esto ayuda a reconstruir la estructura del rostro y, en última instancia, mejora la identificación y la hace más precisa.
Con 3D mejoró la identificación gracias a información adicional basada en submililitros para muchos aspectos faciales
Por otro lado, el hecho de que el modelado en 3D tenga menos limitaciones en cuanto a la iluminación y los ángulos también es fundamental. Las imágenes se pueden convertir fácilmente de 3D a 2D cuando es necesario, sin perder ningún dato o identificador clave.
En caso de que el reconocimiento facial no funcione, varios fabricantes ya están trabajando en la biometría de la piel para proporcionar más datos que faciliten la identificación. Este método analiza una imagen tomada de un sector de piel y la divide en fragmentos más pequeños para poder medirla. El sistema luego puede distinguir las líneas, los poros y la textura real de la piel.
El software aparentemente es capaz de identificar las diferencias entre gemelos idénticos, lo que aún no es posible mediante el uso de tecnología de reconocimiento facial por sí sola, aunque también presenta otros problemas como el uso de anteojos y lentes de sol, el cabello sobre la cara, la iluminación y la resolución de la imagen.
Próximos desafíos
Al parecer, el reconocimiento facial se encuentra en un auge inevitable, pero todavía se enfrenta a unos cuantos desafíos. Las dificultades técnicas probablemente se vayan disipando a medida que más fabricantes trabajen en lesto, aunque la eficacia de identificación es un gran dilema: la BBC recientemente informó que la policía del Reino Unido solo logró identificar a una persona de 4.000 imágenes tomadas de los disturbios de Londres en 2011.
Ahora también existe el problema de la privacidad, la seguridad y la transparencia de los datos. Muchas personas consideran que los dispositivos portátiles como Google Glass son una invasión a su privacidad y hay una creciente sospecha de los datos que Google, Facebook o Twitter, entre otros servicios, están recopilando sobre sus usuarios.
Un estudio reciente de First Insight reveló que más del 75 por ciento de los consumidores estadounidenses no compraría en un negocio con tecnología de reconocimiento facial para propósitos de marketing, y un estudio similar llevado a cabo por RichRelevance en el Reino Unido demostró que la mayoría de los compradores consideran "espeluznantes" a las tiendas que usan tecnología de reconocimiento facial.
Los expertos en seguridad dicen que esto destaca la necesidad de que exista una mayor transparencia sobre los datos que se recogen, y sobre la forma en que se almacenan y se protegen. Además, iniciativas como Privacy Visor, los anteojos que evitan el reconocimiento facial, sugieren que los usuarios finales podrían rebelarse contra los gigantes de Internet y el uso que hacen de los datos biométricos si no comienzan a dar este tipo de explicaciones en forma adecuada.
Otros también están empezando a considerar el asunto desde un punto de vista legal. Jennifer Lynch, abogada de Electronic Frontier Foundation, un grupo que se ocupa de los derechos a la privacidad, dijo recientemente a Bloomberg: "Los datos de reconocimiento facial se pueden recoger sin el conocimiento de la persona en cuestión. En cambio, es muy difícil que se le pueda tomar una huella digital sin su conocimiento".
No importa de qué lado estés, hay algo que está claro: la tecnología de reconocimiento facial llegó para quedarse. Si bien trae muchos beneficios, hay cuestiones evidentes que se deben resolver.
El debate recién empieza.