Tal como sucediera hace unas semanas con la filtración de fotos íntimas de famosas como Jennifer Lawrence y Rihanna, ahora le ha llegado el turno a "la gente común". Es que desde hace unos días circulan en foros más de 100 mil fotos íntimas de usuarios del servicio Snapchat, una aplicación utilizada para enviar fotos y videos, y que es muy popular entre jóvenes entre 13 y 17 años. De acuerdo al funcionamiento de esta aplicación, los contenidos compartidos entre los usuarios tienen un tiempo de vida útil, para luego ser borrados de los servidores.
Pero entonces, ¿qué sucedió?
Al parecer, la filtración de estas imagenes no ha sido por una negligencia de Snapchat sino por una aplicación de terceros que servía como cliente de este servicio. El sitio Snapsaved.com ha reconocido ser la (involuntaria) fuente de la filtración de imagenes. Este servicio le permitía a los usuarios poder guardar las imagenes que les eran enviadas, y en un posteo en su muro de Facebook reconocen que una mala configuración en su servidor Apache fue lo que hizo vulnerable su base de datos para que atacantes pudieran robarla. Se rumorea que los atacantes han estado almacenando información desde hace mucho tiempo, y SnapSaved afirma que al enterarse de la vulnerabilidad, ha borrado todas sus bases de datos.
La postura de Snapchat
Desde un primer momento, Snapchat negó tener alguna responsabilidad en este incidente y afirmó que creían que la filtración se había dado por el uso de clientes de terceros. En un comunicado oficial afirmaban:
Podemos confirmar que los servidores de Snapchat nunca fueron hackeados ni tampoco fueron la fuente de estas filtraciones. Los 'snapchatters' fueron víctimas del uso de aplicaciones de terceros para enviar y recibir 'snaps', una práctica que tenemos expresamente prohibida en nuestros términos de servicio precisamente porque compromete la seguridad de nuestros usuarios. Continuamente monitoreamos el App Store y Google Play para encontrar aplicaciones ilegales de terceros para así removerlas.
La gravedad del caso
Más allá de ser una evidente falla de seguridad y una flagrante vulneración de la privacidad de miles de usuarios de este servicio, uno de los hechos más preocupantes es que, tal mencionábamos antes, una gran porción de los usuarios de Snapchat tiene entre 13 y 17 años. Esto significa, ni más ni menos, que esta filtración es un acto de pederastia, por lo que le recomendamos a nuestros usuarios que no intenten hacerse de este tipo de material dado que podrían incurrir en un acto delictivo.