Hace algunos años que varios servicios online han comenzado a ofrecer un doble factor de autenticación a sus usuarios. En el caso de las instituciones financieras, este tipo de medidas de seguridad se vienen utilizando desde al menos diez años. Actualmente, la doble autenticación se basa en un código obtenido a partir de una aplicación, o un mensaje SMS, que debe ser ingresado además de una contraseña para acceder al servicio.
Si pensamos en la gran cantidad de información que guardamos en servicios de almacenamiento en la nube o en redes sociales como Facebook, Twitter o LinkedIn, toma gran relevancia el uso de un segundo factor de autenticación, pensando en proteger nuestros datos e imagen, porque ¿qué pasaría si alguien tuviera acceso a nuestro correo electrónico o perfil de una red social?
Hace al menos diez años entidades financieras de Estados Unidos y Europa empezaron a implementar este tipo de protección para sus clientes. De acuerdo a una publicación del SANS Technology Institute hace ocho o nueve años solo un par de entidades trabajaban con la autenticación de doble factor, pero hoy en día hay un montón de opciones de cómo implementar este procedimiento, lo que impactó directamente en el aumento de entidades que la ofrecen.
¿Cómo podemos acceder a este tipo de servicio? Como dijimos anteriormente, existen múltiples formas para realizar un proceso de doble autenticación: tarjetas de coordenadas, mensajes de texto, aplicaciones en el celular o incluso algún tipo de verificación biométrica suelen ser las opciones que se ponen a disposición de los usuarios, y que ayudan a prevenir ataques o incidentes que involucren nuestros datos.
Ya que sabemos qué es el doble factor de autenticación y por qué se necesita, de modo que lo mejor que podemos hacer es utilizarlo en los ámbitos donde esté disponible.
Asimismo, hay que tener presente que la doble autenticación puede ayudar a implementar el home office en empresas, como también a tener nuestro perfil de Facebook seguro y, por supuesto, mantener a salvo nuestras transacciones bancarias.
El hecho de que utilicemos una amplia variedad de dispositivos para conectarnos y hacer todo tipo de transacciones incrementa las posibilidades de ataque. Códigos maliciosos, campañas de phishing, ataques de fuerza bruta y servidores vulnerables son algunas de las amenazas que nos podrían afectar si no tenemos los cuidados necesarios.
En este sentido, utilizar una contraseña robusta y memorizar una diferente para cada tipo de servicio en línea puede ser algo engorroso, y se ha demostrado que este tipo de protección es fácilmente vulnerable. Con el doble factor de autenticación adicionamos un grado más de seguridad, lo que representa el factor diferencial para que no puedan vulnerar nuestros datos y dinero.