La identidad es la esencia del ser humano, es lo que nos hace únicos frente a cualquier otra persona. Es el medio de acceder a nuestros derechos sociales y cumplir con nuestras obligaciones civiles. Podemos reconocerla a través de una huella digital, información biométrica o un simple conjunto de dígitos.
Actualmente es el delito con mayor crecimiento a nivel mundial. Esto se debe a lo valiosa que esa información puede resultar, sumado al vertiginoso crecimiento del mercado electrónico y las redes sociales. Hoy por hoy, prácticamente cualquier persona podría ingresar a una red social y registrarse en nombre de otra persona que en realidad no es. Estos casos también se extienden para aquellos que soliciten préstamos en nombre de otro, pudiendo generar así serios daños económicos al afectado.
Estadísticas internacionales indican que entre el 2006 y el 2009, la cantidad de casos reportados en Estados Unidos se incrementó de 8.4 a 11.1 millones de personas. Según una infografía sobre el robo de identidad, con datos de CreditRepair.org, el fraude ocasionado por este delito asciende a 54 mil millones de dólares. A continuación, veremos las principales dudas que surgen respecto a esta amenaza que afecta a tantos usuarios a lo largo del mundo, y cuál es la situación de la misma en nuestra región.
¿Quiénes son los afectados?
Todas las personas son potenciales víctimas de esta modalidad. De todos modos, el segmento de población más buscado es el de adultos jóvenes entre 25 y 34 años de edad, ya que es el público que se encuentra más expuesto en Internet, que de hecho, es donde se producen la mayoría de los fraudes.
¿Cómo se realiza el robo de la identidad?
Existen diversos métodos por los cuáles el delincuente logra hacerse de la identidad de la víctima. Estos, van desde el mítico robo de una billetera en la calle, o la obtención de recibos bancarios; hasta diversas estrategias de phishing masivo. De hecho, de las aproximadamente 57 millones de personas (sólo en Estados Unidos) que reciben correos electrónicos, sólo se espera que el 1.7% muerda el anzuelo, es decir, 969 mil personas... ¡esa cifra equivale aproximadamente al doble de la población de la ciudad de Asunción!
A su vez, el 47% de las víctimas perpetradas son personas que afirman conocer al atacante, dado que gran parte de los ataques se realizan utilizando técnicas de Ingeniería Social.
¿Cómo se refleja en América Latina?
Si bien estos números distan de la realidad actual latinoamericana, son buenos indicadores que deberían ser tenidos en cuenta. En Ecuador, por ejemplo, según datos de la Policía Judicial , en el año 2009 se realizaron 891 denuncias asociadas al robo de identidad. En México, este tipo de delito se ha incrementado en los últimos años acompañando el crecimiento global y ha alcanzado a generar pérdidas de hasta 9 millones de dólares anuales.
En Argentina, durante el 2005, se realizaron más de 1700 denuncias de identidades robadas según la Procuración General de la Nación. Esto puede estar ligado también a la facilidad de alteración existente en el documento argentino, ya que se han registrado casos donde personas con un DNI robado, y la fotografía cambiada, han presentado recibos de sueldos falsos para acceder a créditos bancarios.
Debido a eso, Brasil está tomando medidas contra los robos y/o suplantación de identidad. Se trata de la implementación del Registro de Identidad Civil (RIC). Es una tarjeta que utiliza biometría y certificados digitales. La foto está plasmada sobre la misma, a través de minúsculas perforaciones dificultando su alteración.
¿Qué puedo hacer para protegerme?
En primer instancia, y por más que parezca obvio, mantener la información personal segura es la clave de la cuestión. Con eso, nos estamos refiriendo, entre otras cosas, a elegir cuidadosamente nuestras contraseñas. Una gran cantidad de usuarios sigue utilizando claves formadas únicamente por caracteres en minúsculas. Una contraseña de 8 caracteres en minúsculas puede ser quebrada en 2 horas. Sin embargo, agregándole un carácter en mayúscula y un símbolo ¡llevaría 200 años!
También es importante prestar especial atención con los documentos que son enviados a la basura, como por ejemplo, los extractos bancarios. Los ladrones de identidad pueden obtener información muy valiosa a partir de éstos. Para eso, es una muy buena práctica, especialmente en entornos corporativos, la utilización de trituradores de documentos, de preferencia, de corte cruzado, para asegurarse que el documento no será fácilmente reconstituido.
A su vez, antes de desecharlos, es bueno revisar regularmente la información del balance de cuenta. Allí podríamos encontrar el destino de todo lo que está siendo debitado de nuestra cuenta, y por lo tanto, advertir posibles fraudes.
Usar contraseñas diferentes es otro pilar importante para fortalecer la seguridad de su información. Muchos atacantes que tienen acceso al banco en línea con contraseñas robadas, las obtuvieron atacando foros o tiendas de venta por Internet. Eso ocurre porque muchas personas utilizan la misma contraseña para todo.
Además, el usuario puede evitar los ataques informáticos, como el ya mencionado phishing o diversas variantes de malware, como el spyware o las botnets; contando con protección antivirus en los sistemas. En resumen, se trata de considerar todas las buenas prácticas en Internet, dado que ellas pueden colaborar en evitar el robo de identidad.
La identidad es un bien preciado, y debe preservarse como tal. Por lo tanto, las precauciones respectivas, siguen estando en tus manos.
Raphael Labaca Castro
Awareness & Research Specialist