Hay análisis que son elocuentes: según el informe compartido en el Foro Económico Mundial 2023, los puestos de trabajo que crecerán más rápidamente en el futuro son, entre otros, los de especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje automático, ingenieros en robótica, especialistas en transformación digital y especialistas en seguridad de la información, con un prometedor 30% de aumento hacia 2027.
Sí, la evolución de la industria tecnológica es tan evidente y acelerada que hoy se posiciona como una oportunidad laboral real y concreta para las nuevas generaciones.
Para entender el fenómeno dialogamos con la persona a cargo de la primera Academia Gamer de la región, un proyecto pionero y disruptivo cuyo objetivo es profesionalizar a los jóvenes para que puedan insertarse en un mercado que está creciendo rápidamente. Gustavo Álvarez es, a su vez, el presidente de la Red Internacional de Educación para el Trabajo, institución que busca fortalecer el vínculo entre la educación y el trabajo y nuclea a más de 80 organizaciones de países como Argentina, Brasil, México, Chile, Perú, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Finlandia, Inglaterra, Italia, Guatemala, Uruguay, Perú y Suiza, entre otros.
¿Qué papel tendrán las nuevas tecnologías para las próximas generaciones?
La tecnología irrumpió y vino para quedarse, entonces el gran desafío es ver cómo se articula con la parte humana. Debemos pensar en el futuro y en cómo nos vamos a adaptar a estas nuevas herramientas. Un ejemplo es la aparición de ChatGPT, que tanto para docentes como estudiantes plantea nuevas alternativas en lo referente a la enseñanza y el aprendizaje. Debería utilizarse para desarrollar y potenciar el pensamiento crítico y la creatividad. Hay que sacarle provecho para bien y seguir trabajando paralelamente en su compresión, ver qué uso concreto se le puede dar en beneficio de la educación.
¿Existe cierta parte de la sociedad que aún mira de reojo a la industria tecnológica como una opción real para el futuro de los y las jóvenes?
Esto sucede mayormente del lado de los padres y las madres, que aún sienten que sus hijos están perdiendo el tiempo frente a una pantalla. Y es cierto, en muchos casos puede pasar, pero por eso es importante decir que se puede cambiar esta óptica. Sobre todo pensando en la gamificación educativa, que permitiría que las clases sean más interactivas e interesantes, y ayudaría a mejorar la trayectoria de nuestros estudiantes.
Hay países que hasta cuentan con escuelas secundarias especializadas en gaming, como Corea del Sur, Japón y Francia.
Sí, hace 10 años empezaron con esta experiencia en Seúl, Tokio y Lyon. Es necesario generar estos nuevos modelos de aprendizaje que permitan a los jóvenes aprender y razonar, pero de una manera más divertida y llevadera. Debemos formar jóvenes que no se articulen solamente en determinadas materias con la gamificación, sino que también puedan vincularse con el mundo productivo. Hay experiencias de prácticas profesionalizantes por ejemplo en las escuelas técnicas, pero esto debería ser algo a nivel general, que todas las instituciones lleven adelante un programa de orientación vocacional, educativa y laboral, y un plan de prácticas obligatorias por sectores. Mientras más noción tengan los jóvenes sobre el mundo productivo, más herramientas van a tener a disposición para luego armar su proyecto de vida.
¿Cuál es el impacto de la tecnología en el mercado laboral?
La innovación tecnológica impacta profundamente en el sistema productivo: permite suplantar muchísimos puestos de trabajo y bajar los costos, pero a la vez está generando otros nuevos. Por ejemplo, entre la industria gamer y la de los eSports tienen una demanda de más de 80 perfiles laborales. Por eso es muy importante que las personas puedan aggiornarse a estos cambios. Hay un caso muy reciente en Polonia donde una empresa contrató como CEO a un robot humanoide realizado con inteligencia artificial. Esto, y de manera exagerada, uno lo veía hace décadas en películas como Terminator. Pero hoy estamos yendo hacia ese modelo, lo que está pasando es mucho más grande que la cuarta revolución industrial.
¿Y qué tan preparado está el mundo para este nuevo panorama?
Se viene un mundo muy disruptivo y cambiante, pero muchos no van a ser parte de ese cambio tal como está planteada la situación hoy. Por un lado, hay países como Polonia que tienen un CEO que es robot, y del otro lado una sociedad como la argentina con un alto índice de pobreza. Hay una distancia muy grande, por ejemplo, a nivel educativo. Entonces, las elites de tecnología que están impulsando esto y responden a sus propios intereses, ¿van a ayudar a que sea más equitativo y haya una mayor justicia para la sociedad? Me encanta la tecnología, pero puede ser muy peligrosa si no se toman las decisiones correctas. ¿Qué pasa si la situación se les va de las manos y esto se da vuelta, y no podés manejar esta tecnología y la tecnología te maneja a vos? Parece ciencia ficción, pero ya llegó. Ya no es más ciencia ficción.