La Inteligencia Artificial llegó para revolucionarlo todo y se convirtió en una herramienta indispensable en muchas disciplinas. Lamentablemente, también es utilizada de diferentes maneras por el cibercrimen para llevar adelante sus ataques y acciones maliciosas.
Desde We Live Security alertamos, ya en febrero 2023, sobre el uso malicioso que el cibercrimen podría darle a una herramienta con alcances tan amplios como la Inteligencia Artificial. No llegó a pasar más de un año y medio de esta advertencia, que ya hoy vemos las implicancias que los actores maliciosos le dan a la IA y cómo la utilizan para robar información sensible y sacar un rédito económico.
Un ejemplo es el de WormGPT, que, si bien ya ha sido de baja por parte de sus creadores, en su momento se ofrecía exclusivamente a los cibercriminales en los foros clandestinos, con los mismos alcances y posibilidades que ChatGPT, pero sin ningún tipo de barrera ética.
A continuación, repasaremos cómo los cibercriminales están utilizando la IA para efectuar estafas y quedarse con el dinero y datos personales de sus víctimas.
Perfeccionar la suplantación de identidad
Según investigadores de seguridad de IA en ETH Zurich, el gran auge de ChatGPT se vio acompañado de un daño colateral muy peligroso: el enorme aumento de correos de phishing. La IA generativa se convirtió en el mejor aliado para diagramar formas de engañar a las personas para que estas revelen información sensible, ya sea para sacar un rédito económico o utilizarla para otras acciones maliciosas.
Servicios como GoMail Pro, con una integración de ChatGPT, permite a los ciberatacantes mejorar el contenido de los mensajes que luego envían a sus víctimas. Si bien OpenAI intenta limitar el uso de sus productos para actividades ilegales, es algo muy difícil de detectar y controlar. Aun así, a principio de este año anunciaron el cierre de cinco cuentas asociadas al cibercrimen.
Pero IA no es solo utilizada como una herramienta para lograr contenidos cada vez más convincentes, sino que también que se utiliza para traducir mensajes y mejorar la comunicación entre diferentes grupos cibercriminales de todo el mundo. Como advierte un artículo del MIT (Massachusetts Institute of Technology), “el riesgo es que podrían coordinar operaciones a gran escala que se extiendan más allá de sus naciones y apuntar a víctimas en otros países”.
Optimizar el doxing
El doxing, también conocido como doxxing, es la práctica de publicar información personal de terceros con la intención de intimidar, extorsionar o afectar de algún otro modo. Esta práctica se afianzó en 2020 como parte de los ataques de ransomware, en los que los cibercriminales, además de secuestrar todos los archivos, roban información de sus víctimas para sumar presión a las organizaciones, amenazándolas con publicar toda esa información privada si no se paga el rescate.
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Hoy, gracias a la IA, que se entrenan con una gran cantidad de datos de Internet, incluidos por supuesto los datos personales, pueden deducir, por ejemplo, dónde podría estar ubicada una persona. La regla es simple: mientras más información haya sobre nosotros en Internet, estamos mucho más vulnerables a este tipo de prácticas.
De hecho, el security researcher Mislav Balunović descubrió, junto a un equipo de investigación, que gracias a GPT-4 es posible inferir información sensible de una persona, ya sea su origen étnico o la ubicación con el mero uso de conversaciones con un chatbot. Por ello, como siempre recomendamos, es necesario pensar dos veces qué tipo de información y contenidos se comparten en línea.
Hacer más realistas las estafas por audio y deepfake
No es una novedad que la IA generativa evolucionó a tal punto que hoy es realmente difícil discernir entre una imagen real y una creada por esta herramienta. Un ejemplo que ilustra de manera paradigmática es el de la estafa al empleado que perdió 24 millones de dólares tras una reunión con quien supuestamente era el director financiero de la compañía y le pedía la transferencia por ese monto importante de dinero.
La otra cara de esta misma moneda son las estafas por audio. Se necesita tan solo una toma de unos pocos segundo de la voz de una persona —de un video subido a Instagram o TikTok, por ejemplo—, para producir algo peligrosamente convincente. “La gente debe ser consciente de que ahora estas cosas son posibles, y que el príncipe de Nigeria ya no habla un inglés entrecortado. De hecho, pueden llamarte con otra voz y te puede poner en una situación muy estresante”, grafica el análisis del MIT.
Esquivar controles de identidad
En la misma línea que los deepfakes, los cibercriminales han encontrado la manera de eludir aquellos controles que verifican la identidad de una persona a través de una imagen gracias a la Inteligencia Artificial. ¿Cómo lo hacen? Mediante un documento de identificación, ya sea falso o robado, logran superponer esa imagen por encima del rostro de la persona real —similar a un filtro de la plataforma Instagram— y así engañar al sistema.
Si bien de momento esta práctica se encuentra en un estado básico, es una metodología que podría seguir mejorando y expandiendo su aplicación.
Ofrecer jailbreak como servicio
Las empresas detrás de las herramientas de inteligencia artificial implementan varias instancias de protección con el fin de que sus modelos no devuelvan a los usuarios alguna información que pudiera ser peligrosa. Ahora bien, el cibercrimen está optando por contratar servicios de jailbreak, en vez de construir sus propios modelos de IA, algo que les implicaría mucho más tiempo y dinero.
Los ciberatacantes pueden modificar el sistema de inteligencia artificial apuntado, y generar respuestas vinculadas a la generación de contenido para correos maliciosos o directamente para escribir código para un ransomware u otro tipo de malware, eludiendo estas limitaciones de las herramientas originales.
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Pensamientos finales
La tecnología no es buena ni mala, como tampoco lo es la Inteligencia Artificial: todo depende de las intenciones con que se las utilice. Porque, por ejemplo, son también actuales los casos donde ChatGPT es utilizado para analizar malware. Y tal es su alcance que interviene en otras áreas de valor: el impacto de la IA en la educación puede ser más que positivo y hasta está logrando implicancias realmente importantes en un rubro tan crítico como la medicina.
Pero también, es inevitable hablar del uso que se puede hacer de estos avances tecnológicos, en las manos equivocadas. Estar al tanto de las estrategias y tácticas de los cibercriminales es el primer paso para no ser una víctima más de sus estafas y engaños.