Tim Cook, CEO de Apple, se pronunció firmemente en contra del pedido de la jueza estadounidense Sheri Pym, quien ordenó a la compañía colaborar para desbloquear el iPhone de un terrorista.
"Nos pidieron que creemos un backdoor al iPhone"
En su comunicado, dijo que si bien no tienen simpatía por los terroristas y han colaborado siempre que el FBI lo pidió, entregando la información que estuviera en sus manos, este pedido va demasiado lejos. Repasemos el contexto: en diciembre de 2015, el matrimonio conformado por Syed Rizwan Farook y Tashfeen Malik atacó con armas de fuego un centro para discapacitados en San Bernardino, California. Como resultado, 14 personas murieron y 21 resultaron heridas; ellos también murieron, más tarde, cuando se enfrentaron con la policía.
La investigación comenzó rápidamente para determinar su relación con el Estado Islámico, que los definió como "dos partidarios". Además, se incautó al menos un iPhone 5C - y ese es al que la jueza Pym quiere acceder.
"El gobierno puede argumentar que su uso estaría limitado a este caso, pero no hay forma de garantizarlo"
Sin embargo, debido a las robustas medidas de seguridad que incorpora Apple en sus productos, no es posible desbloquear el teléfono, que solo permite 10 intentos de ingresar un código de acceso (passcode) antes de destruir en forma permanente la información almacenada. También tiene un mecanismo que aumenta la cantidad de milisegundos necesarios entre cada intento, para demorar potenciales ataques de fuerza bruta.
Esto se suma a la firme postura conocida de Apple de no incluir backdoors y resguardar los datos cifrados en sus dispositivos móviles, dejándolos inaccesibles para la propia compañía y para las autoridades, lo cual, naturalmente, preocupa al FBI. Es por eso que, al recibir esta orden, Tim Cook la rechazó y llamó a una "discusión pública" sobre este tema, aclarando que se solidariza con las víctimas del ataque, pero preocupado por las implicaciones del caso.
Tenemos un gran respeto a los profesionales del FBI, y creemos que sus intenciones son buenas. Hasta este punto, hemos hecho todo lo que está en nuestro poder y dentro de la ley para ayudarlos. Pero ahora el gobierno de los Estados Unidos nos pidió algo que simplemente no tenemos, y que consideramos demasiado peligroso como para crear. Nos pidieron que creemos un backdoor al iPhone.
Específicamente, el FBI quiere que hagamos una nueva versión del sistema operativo de iPhone, eludiendo varias características de seguridad importantes, y la instalemos en un iPhone recuperado durante la investigación. En las manos equivocadas, este software - que no existe hoy - tendría el potencial de desbloquear cualquier iPhone al que se tenga acceso físico.
El FBI podrá usar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se equivoquen: crear una versión de iOS que sobrepase la seguridad de esta manera crearía sin lugar a dudas un backdoor. Y mientras el gobierno puede argumentar que su uso estaría limitado a este caso, no hay forma de garantizar tal control.
Rotundo, ¿verdad?
De sus palabras, se desprende un cierto miedo a que las autoridades se aprovechen de esta herramienta que, de ser creada, les daría una "llave maestra" para acceder a cualquier iPhone, dejando a sus usuarios en riesgo de que se viole su privacidad. Además, si Apple aceptara la orden de la jueza, debería pedirle a los mismos ingenieros que trabajan en mejorar la seguridad que creen una forma de romperla.
Está claro, entonces, que Apple quedó en un aprieto. Y tú, ¿qué opinas?