Sabemos que detener el cibercrimen es una tarea de lo más compleja, pero afortunadamente, se siguen buscando formas de hacerlo. Rusia y China firmaron un acuerdo en el que se comprometen a no atacarse -hablando en términos cibernéticos, claro.
De esta forma, ambos países buscan contrarrestar la tecnología que podría "desestabilizar la atmósfera política y socioeconómica interna", "alterar el orden público" o "interferir con los asuntos internos del Estado", según recoge el Wall Street Journal. Esto es, sin dudas, un avance y sienta un precedente a nivel internacional.
De hecho, al listar 6 pasos para detener el cibercrimen, hablábamos de la cooperación internacional como un aspecto fundamental. "El crimen cibernético está claramente vinculado a ubicaciones independientes concretas. Los perpetradores en el País A pueden atacar a sus víctimas en el País B con una impunidad relativa si el País A no cuenta con un sólido programa para combatir el crimen cibernético y a su vez no está predispuesto a cooperar con el País B para llevar a los perpetradores frente a la justicia", explicaba Stephen Cobb, investigador de ESET.
A partir de este acuerdo, Rusia y China acceden a intercambiar tecnologías e información entre agencias encargadas de hacer cumplir la ley, y a asegurar la infraestructura de la información. Según informa The Register, los dos países están preocupados por el uso de las redes sociales como fuente de disidencias o protestas populares.
Es lógico que surja la idea de que medidas como esta buscan socavar el rol de las instituciones estadounidenses en el control de la información a la que tienen acceso, y que tengan como fin último la privacidad de la información en forma general y a gran escala; sobre todo, después de las revelaciones de Edward Snowden en lo que refiere a espionaje. A principios de año, las autoridades rusas indicaron que las VPN y el software de anonimato Tor podrían ser prohibidos para sus 143.5 millones de habitantes; tras bloquear el acceso a numerosos blogs, sitios web y redes sociales, el gobierno buscó prohibir el creciente anonimato en la red para tener un mejor control de la actividad online.
En tanto, China habló de "soberanía en el ciberespacio" para proponer una actualización de su ley de seguridad nacional que haría ilegal lanzar ataques de red, robar información mediante ataques informáticos o difundir material considerado ilegal y perjudicial.
El texto completo de este acuerdo de cooperación en el campo de la Seguridad de la Información internacional entre Rusia y China está disponible en ruso.